“El turismo ha sido mi pasión”
Amante de la naturaleza, la montaña, el mar, las
lagunas, los volcanes, la flora y fauna, así es Carlos Narváez, el pionero
principal de los programas de turismo en el país y que a casi sus 92 años de
vida sigue trabajando en este rubro, conozca a detalle la historia de este
hombre que ha dejado un legado a los salvadoreños a pesar de ser extranjero.
Por: Edgardo Portillo.
“Soy hijo de padre
mexicano y madre salvadoreña”
Carlos Fernando Narváez Escobar nació un 10 de agosto
de 1927 en la ciudad de Veracruz México, su padre era originario de ese estado,
mientras que su madre era de origen salvadoreña específicamente de Sonsonate,
quien debido a la muerte de sus padres la llevo a dejar el país y buscar
consuelo en tierras mexicanas; Carlos es el segundo hijo de cinco que
procrearon sus padres y actualmente es el único de su descendencia que está con
vida.
Desde pequeño tuvo una de las mejores infancias, pues
su padre siempre les inculcó hacer mucho ejercicio y llevarlos de paseo cada
fin de semana, esto le fue generando el espíritu aventurero que lo llevaría a
convertirse en lo que hoy es.
“Mi papá nos
inculcó a salir de excursión, sobre todo a mi hermano mayor, a mi hermana y a
mí, luego me metí a descubrir el alpinismo y la escalada de roca, siempre hice
ejercicio y lo mejor de todo que nunca fumé, imagínate a mis 13 años subí el
Popocatépetl y al llegar a la cúspide lloré porque fui el primero de todos y a
raíz de eso me pusieron el patotas”
Pero su infancia también estuvo marcada, y es que debido
a la reforma agraria que implementó el gobierno del militar Manuel Ávila
Camacho, su familia tuvo que emigrar hacia la capital, dejando atrás sus sueños
y sus tierras que eran el sostén económico de sus padres, sin imaginarse que
ese sería el comienzo de un mundo mágico que lo llevaría a revolucionar su
vida.
Su madre, siempre le inculcó el amor al arte, el
teatro, el cine y todo lo relacionado a la cultura, sin embargo; en esa época
el cine mexicano estaba en su máximo apogeo, Narváez tuvo la oportunidad de
llegar a la pantalla grande a ver las filmaciones de las películas, un día
logro entrar para la producción de una de estas, pero sin tener un papel
protagónico, posteriormente participo en otras producciones en las que tuvo la
oportunidad de trabajar junto a grandes actores de esa época, una de ellas fue
María Félix.
“Desde pequeño
siempre me gustó el mundo del cine y la televisión, mi mamá nos llevaba a ver a
los artistas y poco a poco me fui metiendo en ese mundo maravilloso, claro sin
tener papeles protagónicos, pero salíamos como extras”.
Pie de foto:
Carlos Narváez haciendo papel de indio en película “María Eugenia”.
En la etapa de su juventud, Narváez se caracterizó por
ser un gran estudiante, llegó al bachillerato y posteriormente a la Universidad
Autónoma de México donde se graduó de Contador Público, como todo chico conoció
el amor; mientras relata su historia hace una breve pausa y se dibuja una
sonrisa en su rostro, sus ojos se hacen más pequeños y busca entre sus más
profundos recuerdos la imagen de la mujer que le dio otro sentido a su vida.
“Así conocí al
amor de mi vida”.
A la edad de 20 años, fue invitado por su hermana menor
a ir al cine, pero por cosas de la vida la película que estaba en taquilla ya
la había visto, entonces se fueron al teatro “Follies Bergere” ubicado en la
plaza de Garibaldi, pagaron la función y al entrar le tocó estar a la par de la
mujer que en años posteriores se convertiría en su esposa.
“Dios es muy
grande en la vida, Dios coloca a las gentes en su lugar que más le conviene a
uno; yo siempre he sido creyente que el señor interviene en todos nuestros
avances, te digo esto porque llego a la butaca, me siento en mi silla y pegado
a mí estaba la mujer que sería mi esposa”
Tras escuchar la plática de la mujer que estaba con
otra amiga, Narváez recuerda que intervino en la conversación y comenzó a
conocer más de aquella chica de origen guanaco, inmediatamente la invitó a su
casa para presentarle a su madre pues por ser salvadoreña había un afecto
mayor, la fémina accedió a la invitación, pero Narváez no se imaginaba que esta
mujer un día después partiría con rumbo a España, país donde buscaría entrar a
un convento para entregarse al servicio de Dios.
A pesar de eso, Carlos se ofreció en llevarla al
aeropuerto, durante ese trayecto confiesa que intentó por todos los medios
convencer a la mujer de no entrar al convento y le aconsejó que mejor estudiara
algo más productivo, pero la decisión de aquella salvadoreña estaba tomada por
lo que abordó al avión y partió a su destino final.
“Estando en el
aeropuerto le di una carta, la mire y le dije no la lea ahorita, ábrala y léala
despacio cuando vaya de viaje; en la carta le puse que para qué se va al
convento, mejor aproveche el tiempo y quédese a estudiar idioma francés u otra
cosa”
Pero la perseverancia de Narváez fue más allá, y es
que tras ese encuentro y con el pasar de los meses comenzaron a llegar cartas
de aquella mujer que le dejó el corazón con más ganas de vivir, sin dudarlo él
también mandaba cartas hasta que en el lapso de tres años esta mujer colgó el
hábito y regresó a México para casarse con aquel joven que conoció en una sala
de teatro.
Narváez dice que el fruto de ese amor dejó la llegada
de dos hijos, actualmente viven en México
ya están casados y uno de ellos ya es abuelo; como núcleo familiar él y
su esposa siempre les inculcaron a sus hijos la importancia de estudiar, los
valores familiares, así como el respeto por los demás y el amor a la naturaleza,
a pesar de eso la vida le daría un reto mayor el cual era dejar su país de
origen y llegar a El Salvador para iniciar un nuevo proyecto en el área de las
comunicaciones, el cual no pudo desarrollar en su natal país.
Pie de foto: Carlos Narváez recién casado con el amor de su vida en 1957.
10 0ctubre 1986
llega a El Salvador.
Tras tener conversaciones con Jorge Sedán dueño
de canal 12, Narváez aceptó una propuesta de trabajo y llega a El Salvador
junto a su esposa para vivir en un país el cual el tejido social estaba roto
debido al conflicto armado de una lucha de 12 años de guerra, a pesar de eso,
su arribo al país fue en una fecha emblemática, pues justo al mediodía de ese
10 de octubre de 1986, la ciudad de San Salvador fue sacudida por un fuerte
terremoto.
“al llegar al país
no sabía que había ocurrido, en el aeropuerto se encontraba Koki sedán
esperándome y al verme me contó la desgracia ocurrida por el terremoto, y nos
trajo al centro de San Salvador a ver el edificio Rubén Darío que se había
desplomado, pero yo venía con mi mejor entusiasmo para trabajar y dar lo mejor
de mi”
Canal doce tenía casi dos años de estar al aire cuando
personajes como Narciso Castillo, Mauricio Funes, El show del tío Memo llegaron
a los hogares salvadoreños, Narváez entró en esa camada de talentosos
personajes y se encargó de trabajar en el área de producción de la televisora,
con forme pasó el tiempo se hizo de su equipo y formó su propia casa
productora.
“Cuando yo me
separé de canal 12, en 1991 formé mi agencia de publicidad que se llama
Publicrea 2000 SA de CV, esto me ayudó mucho en el sentido que se me ocurrió
que podía hacer un programa dedicado al turismo, prácticamente acá no existía
nada de eso y yo aproveché ese recurso”
El primer programa de turismo fue llamado “El Salvador
de cerca” el cual se transmitía en canal 12, con el pasar de los años el nombre
del programa cambió y llegó a llamarse Este es El Salvador, programa que
actualmente se transmite por la pantalla de canal 19 así como en Estados Unidos
y Canadá por medio de Centroamérica TV; a pesar que el conflicto armado aún
estaba, salir a grabar los programas era un reto diario, pero sostiene que afortunadamente
nunca les ocurrió nada.
“Fíjate que el
programa dio mucho de qué hablar, pues quería levantar la imagen de todos los
lugares preciosos que tiene este país, iniciando por sus mares, sus lagos, sus
montañas, sus volcanes, y fue así que poco a poco logre vender mi programa a
los hermanos lejanos en los Estados Unidos por medio de Centroamérica TV”.
Pie de foto: Carlos Narváez ha recibido grandes galardones por medio del turismo, le acompañan sus colegas de Mi país TV.
“Perdí lo que más
amé en mi vida”
Tras años de seguir trabajando con el programa de
turismo, Narváez sufrió el más cruel y doloroso golpe que cualquier ser humano
puede recibir, y es que la muerte de su esposa no la soportó, esto lo llevó a
la depresión total y hacerse preguntas de por qué ella y no él, su recuerdo en
la casa era constante, pues vivir 60 años de casados es una misión que en
nuestros días es imposible, pero, es el preludio que el verdadero amor existe.
“Yo siempre tenía
la idea que me iba a morir yo primero, y fue al revés, pues esto me descalabró y
llegue al punto hasta de vender la casa porque sentía la presencia de ella”.
Superar esta etapa no ha sido fácil, Narváez buscó la
solución a su problema en la Iglesia Católica donde conoció a muchas personas
que se congregaban en un grupo de viudos, entre estas se encuentra Carmen Lara
con quien compartió las mismas penas, pues ella tenía dos años de haber quedado
sin esposo; el tiempo pasó y se comunicaban a diario, ellos mismos se dieron
fuerza para seguir en su caminar, y cuando menos pensaron Dios los puso frente
al altar para ser una sola persona ante la iglesia.
“Me levantó el ánimo la persona que
actualmente es mi esposa, porque nos conocimos en la iglesia, ahora como dicen
somos mayores y hemos formado una pareja muy bonita, y aunque tengamos una
diferencia de edad muy distante pues nos hemos comprendido muy bien y me da
gusto porque soy muy feliz”
Pie de foto: Carlos
Narváez y su actual esposa Carmen Clara; casados por Monseñor Rafael Urrutia el
19 diciembre 2018.
Amante de la
música y al canto.
Hace treinta y tres años que Narváez llegó al país y
conoció a muchas personas, entre ellos un grupo de jóvenes que pisaban los 15 y
20 años, con los cuales logró formar una gran amistad y cada fin de semana
salían para hacer caminatas y conocer cada rincón de El Salvador, actualmente
este grupo se ha mantenido y han conformado un grupo musical llamado “La
Huevera” donde todos participan con sus instrumentos y su voz, Narváez dice que
esto es el mejor regalo que le ha dado Dios.
Carlos Narváez es el único sobreviviente de toda su
descendencia pues sus cuatro hermanos fallecieron producto de enfermedades que
afectaron el estado de salud de cada uno de ellos, a pesar que en agosto
cumplirá 92 años, su cuerpo reacciona cómo un hombre de 40 años que aún es
fuerte cómo el Roble, su mente está lúcida y conserva una memoria impecable,
además sigue al mando de su programa de turismo y es el que hace las estrategias
de su programa.
Pie de foto: Narváez goza de buena salud y dice estar feliz de la vida.
Sus habilidades son muchas, aún maneja su vehículo, es
un hombre que cualquiera pensaría que arrastra sus pies para dar un paso, pero
no lo es, Narváez dice que tiene la fórmula secreta para llegar a esta etapa y
la comparte.
“Yo siempre doy
gracias a Dios porque lo principal es que me ha dado salud, nunca he estado en
un hospital, nunca me he fracturado ni nada grave, sin embargo; yo siempre hice
ejercicio; por eso les digo regálenle a su cuerpo unos treinta minutos de
ejercicio y verán que eso los llevará como estoy yo, nunca fumen y si lo hacen
quítense ese vicio; así disfrutarán de una plena vida”
Actualmente existen varios programas de turismo que
ofrecen los diferentes destinos del país a los nacionales y extranjeros, pero
Narváez asegura que eso no le quita el sueño ya que él es feliz y hasta donde
el creador se lo permita, seguirá trabajando en lo que más le gusta.
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